Bienvenidos a la Iglesia Luterana del Uruguay

Quiénes somos

Jesús está en el centro de la Biblia y de nuestra confesión de fe.

“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad”.

(Juan 1:14)

Jesucristo es la iglesia, del principio al fin: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin”, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso”. (Apocalipsis 1:8)

Iglesia Luterana del Uruguay

La ILU (Iglesia Luterana del Uruguay) es una iglesia confesional. ¿Qué significa esto? Qué en cualquier parte de Uruguay o del mundo en que estés en un templo luterano, estarás reconociendo las mismas marcas, esto es, que aceptamos sin reservas todas las sagradas Escrituras del Antiguo Testamento y Nuevo Testamento como la única palabra de Dios manifestada, y como la única regla y guía en la doctrina de la fe y de la vida, reconoce como verdadera explicación e interpretación de la Biblia las confesiones de la Iglesia Evangélica Luterana como están comprendidos en el Libro de la Concordia del año 1580.

Jesús

En las palabras del Evangelio de Juan y en el libro de Apocalipsis, Jesús se identifica a sí mismo como la única verdad de Dios, quien vino a la tierra para salvar a su pueblo. En Juan 1:14, Jesús dice que “habita” con nosotros (la palabra griega para “habitar” es el verbo formado del sustantivo que significa “tienda”.  Él es Dios que habita en la tierra en una tienda humana llamada carne.  En Apocalipsis, Jesús se refiere a sí mismo de la misma forma que Dios lo hace con Isaías al describirse a sí mismo (Isaías 41:4), además es el eternal que siempre ha sido y siempre será.  Con esas palabras, Jesús proclama que toda la revelación que Dios nos ha dado en las Sagradas Escrituras fue dada para que nosotros pudiéramos conocerlo. 

Salvación

Además creemos, confesamos y enseñamos que la salvación es por gracia de Dios, recibida por medio de la fe, no por las obras humanas: “Así, pues, justificados por la fe tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por quien tenemos también, por la fe, acceso a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios” (Rom 5.1-2).

La iglesia es la Asamblea de aquellos que se reúnen como cuerpo de Cristo, festejando la victoria del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, para recibir el Evangelio de la buena noticia de la salvación y del perdón de los pecados, sea a través de la Palabra predicada, o por medio de los Sacramentos: Bautismo y Santa Cena.

Fe

Este alimento de Dios en nosotros necesariamente producirá frutos para el testimonio y que lleven a la salvación del prójimo. Nuestra principal base confesional está en la confesión de Augsburgo.  art. VI, sobre esto dice:

“Nuestras iglesias enseñan también que esta fe deber producir buenos frutos y que es necesario hacer buenas obras, mandadas por Dios, por causa de la voluntad de Dios; pero que no confiemos en estas obras para merecer la justificación delante de Dios. Pues la remisión de los pecados y 1a justificación se obtienen por la fe, como lo atestigua también la voz de Cristo: «Cuando hayan hecho todo lo que es mandado, digan: Siervos inútiles somos» (Lc 17:10)”.

Esta es la fe que nos cambió la vida, de estar muertos en el pecado, para una nueva vida en Cristo Jesús. Ahora, llenos de alegría por esta maravillosa noticia, no queremos, ni podemos egoístamente retener este regalo solo para nosotros. Lo queremos compartir. Por esto estamos abocados a sembrar nuevas misiones en todo el mundo, también por todo Uruguay, rescatando el valor del verdadero Evangelio de Jesucristo, que nos envía proclamar la Salvación al mundo: “Por tanto, vayan y hagan discípulos en todas las naciones, y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Enséñenles a cumplir todas las cosas que les he mandado. Y yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. Amén.

En Uruguay somos una iglesia pequeña, con solo 5 congregaciones y puntos de predicación: Montevideo (Prado y Centro), Canelones, Paysandú (Chapicuy) y Salto. Sin embargo, somos una iglesia hermana por medio de la Concilio Luterano Internacional (ILC) a más de 50 millones de hermanos y hermanas.

De la misma manera no somos una iglesia nueva. Lo que Martín Lutero, el padre de la Reforma Luterana hizo en el siglo XVI, no fue crear una nueva religión, sino restaurar la verdadera iglesia de Cristo.

Tú eres nuestro invitado para conocer este mensaje de vida y ser parte de esta familia de fe.